Sabemos que el plástico es un contaminante de especial preocupación, ya que no se descompone rápidamente y se acumula en el medio ambiente . Tiene impactos tóxicos a lo largo de su ciclo de vida, desde la extracción de petróleo y gas hasta el refinado y la fabricación de plástico, la gestión de residuos y la contaminación que termina en nuestros océanos y el medio ambiente.
Entonces, ¿Cómo puede ser una silla de polipropileno sostenible?
El polipropileno como alternativa al plástico tradicional
El polipropileno es un termoplástico que nace de la polimerización del propileno y se extendió su producción en los años 80. Si bien es un subproducto de combustibles fósiles, tiene una diferencia clave con respecto a los plásticos tradicionales: casi en su totalidad puede reciclarse. Por lo tanto, mientras que el ciclo de vida de un plástico tradicional tarda 450 años, el polipropileno puede reciclarse y alargar su vida infinitamente gracias a la circularidad que le caracteriza.
Josep Lluscà, con más de 50 años de trayectoria como diseñador industrial, plantea su visión acerca de esta cuestión:
“Una buena silla de polipropileno con un diseño atemporal puede tener una vida muy larga, lo que significa sostenibilidad”.
En su opinión, el problema está en los objetos de plástico desechables o de un solo uso que, según afirma, deberían prohibirse porque son los que generan un mayor volumen de residuos no biodegradables en el ecosistema. No obstante, el plástico es un material extraordinario de gran utilidad en casos específicos: “Debería reservarse para cuando su uso es imprescindible -por ejemplo, en algunos tipos de prótesis medicas- y para crear objetos de gran durabilidad y resistencia”. Alargar la vida de los objetos contribuye a cuidar el planeta.
Transformar el plástico desechado en un objeto bello y atemporal
Como afirma el diseñador, “Un trozo de plástico por sí mismo nos dice poca cosa. Pero es a través de la forma que la materia se expresa, cobra vida y nos cuenta una historia, transformado un vulgar saco de granza de polipropileno en una bella y confortable silla”.
El polipropileno es el material fundamental en la nueva colección de sillas que Llusca ha diseñado para la conocida marca RESOL. La sostenibilidad de las piezas de plástico creadas por Lluscà va más allá de su durabilidad, ya que algunas de ellas están realizadas con material reciclado previamente, y que, después de su posiblemente larga vida, podrán volver a ser recicladas.
Las colecciones de Lluscà demuestran que el plástico es un material que permite aunar creatividad y durabilidad:
“Hay unas cuantas razones por las que me gusta diseñar sillas de plástico: la infinidad de formas, texturas, colores y acabados que permite este material, así como su durabilidad y resistencia a los agentes atmosféricos”.
“En el momento en el que la materia se convierte en una silla, empieza a expresarse por sí misma a través de su nueva forma, poniendo en marcha su capacidad de seducción y hablándonos de lo cómodos y relajados que estaremos y del placer estético que nos puede proporcionar”
Economía circular: reciclar y volver a crear
Otra de las grandes ventajas de las creaciones del diseñador catalán es que pueden reciclarse con gran facilidad, al final de su vida útil. En este punto destacan especialmente sus modelos Beekat, Netkat, Woody y Tokio, que están realizados de una sola pieza.
Al estar fabricadas de una sola pieza, su reciclaje es aún más sencillo, ya que no se tienen que desmontar ni separarlas por partes: sólo hay que volver a fundirlas y transformarlas en otro objeto de diseño, en un ciclo infinito de creatividad y sostenibilidad.
Sobre el diseñador:
Josep Lluscà es Diseñador Industrial por la Escuela Eina de Barcelona, escuela en la que ha sido profesor de su Departamento de Diseño de Producto y miembro de su Consejo Rector y del patronato de la Fundación Eina. Ha recibido prestigiosos premios internacionales de diseño, ha impartido seminarios y conferencias y ha participado en eventos internacionales en distintos países. Desde hace 25 años colabora con la empresa Resol, para la que ha creado hasta 25 colecciones que destacan por la calidad de los materiales plásticos, la ergonomía, la funcionalidad y la durabilidad.